miércoles, 4 de abril de 2012

La frustración de simular ser humano

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Copio este interesante testimonio tomado del libro «Sanando la mente» (páginas 140-148, en la versión en PDF descargable aquí: : http://www.un-curso-en-milagros.org/publicaciones/sanando_la_mente.pdf y también descargable aquí: http://nytz.files.wordpress.com/2012/02/sanando_la_mente_david_hoffmeister.pdf [en total el libro contiene 259 páginas]), de David Hoffmeister.

La Frustración de Simular Ser Humano

Querido David:

Siempre me alegra recibir las cartas en las que les contestas a otros. Las guardo como referencia y material de estudio. Tengo una pregunta, si fueras tan amable de contestarla. En 1976 tuve una experiencia que duró varios meses durante los cuales nada parecía real, y me preguntaba “qué es real”.

Pareció comenzar cuando leí un libro que me dio una persona que conozco, una historia de un Gurú Nanak, en la que decía algo como “aunque lleves contigo un cargamento de libros, si no Lo conoces, no conoces nada”. Creo que se dirigía a diferentes grupos religiosos de su país. En esos días una voz en mi interior pareció decirme muchas cosas, y mi vida nunca ha sido igual.

El primer mensaje que oí fue: “Si estás ocupado simulando ser alguien que no eres nunca sabrás quién eres en realidad”. Yo me preguntaba todo el tiempo qué era real. Mirando a mi alrededor y preguntándome “¿Esto es real? ¿Esto es real?” Y la voz en mi interior me decía que no, que era una ilusión, que hoy estaba y mañana no, que ahora lo veía, y al momento siguiente ya no. Hasta
ese momento yo no tenía ningún conocimiento espiritual salvo el que me habían dado las iglesias protestantes —presbiteriana, bautista, cristianas.

Un día, al volver del trabajo, estaba sentado en mi cama (esperaba ansiosamente el momento en el que volvía del trabajo para sentarme en mi cama y aquietarme, y era allí que parecía encontrar una presencia de paz, como si hubiera una luz a mi alrededor y mis preguntas hallaran respuesta. En ese entonces creía que la presencia se encontraba en mi dormitorio). En esa ocasión en particular, después de que me fuera dicho que esto no era real, y luego aquello, pregunté con vehemencia: “Entonces ¡¿qué es Real?!” El cuarto pareció llenarse de luz. La luz parecía provenir de mi interior. El momento estaba lleno de paz y de un sentido del absoluto, y decía “Yo soy Él y no hay otro”. Bueno, en algún lugar en mi interior eso resonó. Llamé Espíritu a la entidad.

Durante algunos meses esa parecía ser la única cosa real para mí, y no podía evitar decirles a todos “Somos Uno. No hay otro”, tal como resonaba en mi interior, aunque no pudiera explicarlo más allá de esas palabras. Ese episodio hizo que me embarcara en un viaje de búsqueda espiritual por todas las religiones, tratando de encontrar esa certeza que había experimentado. El “espíritu” continuó hablándome durante este viaje. No fue sino hasta que comencé a estudiar UCDM que encontré el mismo mensaje que ese mensaje inicial, y me devolvió esa experiencia que casi había descartado por considerarla un producto de mi locura y desesperación por sentirme especial, y que, suponía, yo misma me había inventado. Antes que eso sucediera no podía encontrar mi lugar en el mundo, pero desde que sucedió nada me ha interesado excepto buscar lo que llamé “la verdad”.

Ninguna otra cosa parecía o parece tener sentido, y es tan difícil para mí salir del círculo vicioso de pensar que debo ocuparme de esto o de aquello, temiéndolo, sintiéndome culpable por sentirme así, etc. Pude obligarme a hacer las cosas que tenía que hacer, como formar una familia, mantener mi casa en orden y limpia, pero me cuesta tanto desear hacer algo.

Te hablé sobre mi negocio anteriormente. El lugar físico es sólo un refugio en el que puedo estar a solas para meditar, estudiar, escuchar grabaciones de UCDM, música, etc. Sin embargo, cuando tengo que crear un arreglo para alguien lo dejo para último momento, como si temiera hacerlo. Una vez que comienzo estoy en paz, ni lo disfruto ni me desagrada. Simplemente lo hago como si no lo estuviera haciendo, y siempre me sorprendo cuando resulta ser más maravilloso que lo que el cliente soñaba porque, cuando lo miro, parezco no emitir ningún juicio. Aparentemente lo único que sé es que está terminado y que no puedo hacer más.

Encontré una tela en mi costurero el otro día y pensé hacerle un vestido a mi nieta con ella. Compré el molde y averigüé cómo coserlo, y ahora no tengo ningún deseo de hacerlo y tengo que obligarme a hacerlo de todos modos. Parece no tener sentido. Cuando me vuelvo así es como si me paralizara respecto de todo, aún respecto de estudiar el Curso y el Manual. Cuando pienso en las cosas pendientes para hacer no puedo dejar de pensar que tengo que hacerlas y me confunde decidir qué hacer primero. Cuando dejo de pensar totalmente en ello y le pido al Espíritu Santo que me dé unción, me cuesta estar en paz sin hacer nada hasta ese momento. Entonces parece que me cansara y sólo deseo dormir. Sé que los “deberías” han retumbado en mi cabeza toda mi vida, pero no parezco haber logrado librarme de ellos. Todo en realidad parece ser vanidad y no cumple ningún propósito. Todo lo que hago parece servir a esta ilusión, y siempre he querido escaparme de ella desde aquella experiencia en 1976. ¡Ayúdame! Esto excede toda explicación. ¿Qué perdono para ser liberada? ¿Cómo vuelvo a estar en paz?

RE: [David Hoffmeister]: Amada de Dios,

Gracias por confiarnos tus pensamientos y por estar dispuesta a perdonar y a Despertar. ¡Es maravilloso! Has escuchado la Voz que habla por Dios recordándote la naturaleza ilusoria del mundo. El Curso de Milagros te brinda una herramienta para entrenar tu mente a que escuche SÓLO la Voz del Espíritu Santo y se deshaga para siempre de la voz de duda del ego. Al usar y practicar las lecciones de UCDM perdonarás la creencia en la separación, la creencia en el tiempo-espacio, la creencia en que existe una secuencia lineal de eventos separados. Experimentarás muchos milagros que harán colapsar el tiempo y traerán Paz a tu mente. Comprenderás y experimentarás el propósito del Espíritu Santo, que reemplaza el propósito de muerte, culpa, miedo y separación que es propio del ego.

Al principio tienes sólo una vislumbre del nuevo Propósito de perdón, de la naturaleza ilusoria del cosmos, pero hasta que el “propósito” del ego sea desaprendido y deshecho en su totalidad parecerás vacilar. Durante este período puede parecerte que el mundo no tiene ningún propósito. Te acercas al punto en tu mente en el que ves que los caminos del mundo no conducen a ningún lado. A medida que la mente se acerca a este punto todo parecerá carecer de sentido, pero más allá de ese punto de total falta de signifcado está la Luz del Espíritu Santo. Cuando te unes a esa Luz brillará a través de ti y la irradiarás a todo y a todos. El Espíritu Santo brilla a través de ti, haciendo desaparecer todo vestigio de oscuridad, y es algo que experimentas con Facilidad y sin esfuerzo. No hay lucha ni conficto al dejar pasar la luz a través nuestro. Es como si fuéramos transparentes, ya que no hay metas ni proyectos personales que interfieran.

El Espíritu Santo nos guía con certeza. En cada situación aparente nos dirige el juicio del Espíritu Santo. Éste es un juicio que tiene lugar a través de nosotros y no es hecho por nosotros, y ese juicio del Espíritu Santo nunca entraña pérdida para nadie. En el Propósito del Espíritu Santo nunca hay mandatos o exigencias, sino sólo sugerencias, instrucciones y recordatorios. En apariencia, podemos resistirnos al Llamado del Espíritu Santo, pero el retraso es siempre transitorio y la Expiación o Corrección es inevitable. Es por eso que éste es un curso obligatorio. El perdón es inevitable, y aunque parecen existir muchos caminos para llegar al perdón, en su contenido son todos iguales. El perdón simplemente ve lo falso como falso, y silenciosamente descansa en Paz.

La voz que habla de “deberías” o “tendrías que” es la del ego. Estas expectativas llenas de culpa surgen de un falso sentido de uno mismo, de un concepto de si mismo que Dios no creó. Este concepto era imaginario ya que buscaba reemplazar al Ser que Dios creó en Eterna Perfección. Toda frustración surge en la consciencia por simular ser humano, y todos los diferentes papeles humanos sólo perpetúan este simulacro de identidad. En el Presente, libre de las distorsiones del pasado, Eres libre en Espíritu, tal como Dios Te creó. Te has sentido inspirada por la música de Resta, y ahora puedes inspirarte en la liberación de la historia de la “madre” por parte de Resta. Te has identificado con los roles de hija, madre y abuela, y estos papeles han limitado tu consciencia de Cristo. Cristo no tiene límites, ya que Es Eterno.

El perdón te ofrece un concepto expansivo de ti misma en el que todo y todos están incluidos, una perspectiva que lleva al Despertar del sueño y a recordar a Cristo y a Dios. Descubrirás que Cristo es una realidad y no un concepto. Los conceptos imaginarios de uno mismo necesitan ser defendidos sólo porque no son sólidos, porque son inestables e irreales. El Espíritu está siempre indefenso porque en verdad nada real puede ser amenazado y nada irreal existe. He aquí la Paz de Dios. Recientemente Resta nos envió este correo electrónico que había enviado a su “hijo biológico”:

Te libero

“El que era un enemigo, es más que un amigo cuando es libre de asumir el santo papel que el Espíritu Santo le ha asignado. Deja que él sea hoy tu salvador. Tal es su función en el plan de Dios, tu Padre”

UCDM L-78.5

“Desperté esta mañana con el convencimiento de que tenía que tener una comunicación muy sincera contigo. En este momento mi vida está centrada en permanecer en el propósito: perdonar la ilusión del mundo y recordar mi verdadera identidad – contigo y con todos – como Cristo: abstracción pura, espíritu, luz, amor. Mi tarea por el momento es deshacerme por completo de mi persona, de la idea del cuerpo, de mi personalidad, de mi mente privada y de la colección de máscaras que inventé para reemplazar a mi verdadero Ser. Y eso incluye los roles que diseñé para mí, como “esposa” y “madre”. El año pasado, cuando elaboraba la separación de Bob, recibí una canción: “Te libero”, y la comparto contigo ahora porque se aplica igualmente a mi relación contigo:

TE LIBERO (letra de la canción)

No tienes que simular ser quien no eres. Un títere que se mueve con los hilos de mis pensamientos. El papel que te he asignado nos ha privado a los dos de la luz y la gloria que vive en el alma, pero que pacientemente le cede su lugar a cada máscara que usamos y que proclama que no somos hijos de Dios.

Te libero, hermano mío, para ser quien eres. Mi salvador, el Cristo que habita en el corazón de Dios. Y estaré allí contigo, porque en realidad somos uno, Amado del Padre, su Hijo. No tienes que ser pequeño, sin amor, desconocido, vestido con un cuerpo al que llamas tuyo. No eres esposo (hijo) y no soy esposa (madre), ya que la mente no tiene género y la forma no tiene vida.

Es hora de recordar lo que siempre supimos: que Dios tiene un sólo Hijo, y no dos. Abstente, no eres una persona y tampoco yo lo soy. Olvidamos que soñábamos y vivíamos una mentira. Ahora el Espíritu llama. Querido hijo mío, despierta, permite que el dulce amor de Dios te sane, corrija tus errores. Cásate con todos, ya que el todo es sólo Uno, Sagrado y bendito Hijo Cristo de Dios.

Cuando tenías alrededor de ocho años me hiciste una tarjeta para el Día de la Madre que encontré hace poco. En un lado decía “A la mejor Madre” – y en el otro escribiste “Mi Madre es mi hermano”. Hemos vuelto al mismo punto, a lo que reconociste en ese entonces. Soy tu hermano, y solamente tu hermano. Mi “maternidad” ha terminado. Te amo como a un querido hermano en Cristo, como amo a Bob, como amo a todos. Todos SON yo mismo, y no excluyo a nadie, ni considero especial a nadie. Eso no disminuye tu valor sino que te hace infinitamente precioso para mí y para Dios. Te bendigo en tu viaje que no tiene distancia, de vuelta al hogar que nunca abandonaste. Siempre estoy aquí para ti cuando quieras conectarte con mi corazón. Mi queridísimo, te amo para siempre. Resta”.

RE [David Hoffmeister]:

El perdón signifca no renunciar a nada para aceptar Todo. La mente está unificada y la paz y la compleción van juntas. Has preguntado: “¿Qué perdono para liberarme? ¿Cómo vuelvo a la paz?” Perdonar la creencia en el tiempo-espacio es decirle a Dios: “¡Muéstrame la Eternidad!” Perdonar la creencia en la separación es decirle a Dios: “Muéstrame la Unión de la Eternidad”. El
Espíritu Santo te convencerá de que el tiempo es irreal y la Eternidad real, si Se lo permites. Nada se te pide en Verdad, porque ya eres para siempre Perfecta, Entera y Completa tal como Dios Te creó. El perdón despeja los obstáculos para recordar esa Verdad.

Amor y Bendiciones, David.

¡Saludos!
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