jueves, 13 de octubre de 2016

Nada existe en el universo material de espacio y tiempo

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Traduzco, con permiso del autor, un artículo del Doctor Ozodi Osuji sobre la no-dualidad. El original fue publicado el 15 de febrero de 2012 en inglés, aquí: http://chatafrik.com/articles/relationships/nothingness-exists-in-the-universe-of-matter-space-and-time

Nada existe en el universo material de espacio y tiempo

Por: Doctor Ozodi Osuji

En este día de San Valentín busco algún modo de expresar mi amor por todos los seres sensitivos; el Amor es lo que somos; el Amor es verdaderamente todo lo que hay; temporalmente hemos procurado vivir como lo opuesto del amor, de ahí nuestro aparente viaje sin distancia en el mundo de los sueños. Ama a todas las personas y ten un sueño feliz. Cuando te cansas de soñar te despiertas en el amor, también llamado Dios. ¡Bravo!

 Nada existe en el universo material de espacio y tiempo

(¿Es esta tu idea del amor?)

Ozodi Thomas Osuji

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El filósofo hindú del siglo VIII, Shankara, dijo que no existe nada donde nosotros vemos nuestro mundo de separación y multiplicidad; dijo que el mundo que vemos a nuestro alrededor es un sueño en una parte de la mente de Brahman (también la mente de Atman; en términos cristianos, Atman es el hijo de Dios; Brahman y Atman comparten un solo ser y una sola mente; Dios y su hijo comparten un solo ser y una sola mente).

Por así decirlo, en un 1% de la mente de Brahman está teniendo lugar el sueño del mundo de espacio, tiempo y materia, mientras que el 99% restante de la mente de Brahman está despierto. Shankara dijo que el universo de espacio, tiempo y materia no existe en realidad, existe del mismo modo que los sueños —los cuales no existen.

Cuando te acuestas en la cama y estás durmiendo y soñando, el mundo que ves parece real, pero cuando te despiertas te das cuenta de que el mundo soñado no era real. De la misma manera, nuestro mundo es un sueño y quienes están en él, al igual que en nuestros sueños nocturnos, toman el sueño como si fuera real, pero cuando se despiertan en el espíritu unificado, también conocido como Brahman, se dan cuenta de que no existía, de que el mundo no ha existido ni por un solo segundo, dijo Shankara.

La primera vez que escuché esta filosofía solipsista, me pareció extravagante; para mí el mundo parece real. Veo un mundo externo y me veo a mí mismo en él. Por consiguiente, en realidad no acepté el monismo idealista de Shankara, en el lenguaje hindú de la filosofía Advaita, pero esta idea seguía dando vueltas en mi mente para reevaluarla.

Recientemente he estado leyendo sobre el origen, la naturaleza y el futuro del universo ¡y vi un parecido con lo que Shankara estuvo diciendo!

De acuerdo con la cosmología existente, hace 13,7 miles de millones de años algo del tamaño de una partícula (si acaso tiene tamaño en absoluto) salió de la nada, se volvió extremadamente caliente y explotó (Fred Hoyle lo llamó Big Bang) y en un segundo se inventó el universo de espacio, tiempo y materia. Se inventaron los fotones, algunos de los cuales se transformaron en quarks, que a su vez se transformaron en partículas (protones, neutrones) y electrones, y en el espacio y el tiempo. En el primer minuto de vida del universo, las partículas se unieron en núcleos de hidrógeno, helio y litio.

Durante 400 000 años el universo fue un plasma de núcleos, electrones y fotones. A partir de ese momento, los núcleos atraparon electrones y fueron formados elementos (hidrógeno y helio). Durante millones de años, prácticamente lo único que existía en el universo naciente era una nube de hidrógeno.

A partir de entonces, surgieron espacios en la nube de hidrógeno y los grupos de hidrógeno se separaban los unos de los otros; los grupos de hidrógeno fueron absorbidos por la gravedad y nacieron las estrellas (en sus núcleos el hidrógeno se fusionaba en helio y producía calor y luz... No me extenderé sobre el proceso de formación de las estrellas; la nucleosíntesis y la termosíntesis es un mecanismo complejo; lo que es relevante para nuestro actual interés es que el núcleo de hidrógeno... el hidrógeno tiene un protón en su núcleo y un electrón orbitando en torno a él... se fusionó con otro núcleo de hidrógeno con su otro protón, formándose un elemento con dos protones y dos neutrones en su núcleo y dos electrones orbitando alrededor del núcleo: se había formado el elemento llamado helio).

Surgieron las galaxias, formadas por estrellas. Las estrellas originales eran de un tamaño descomunal (nuestro sol es una estrella de tamaño medio). Cuando las enormes estrellas originales agotaron su hidrógeno y ya no podían continuar con la fusión nuclear produciendo más elementos, murieron como supernovas (el hierro es el elemento más pesado que el calor relativamente pequeño de la estrella puede fusionar). El calor que había durante la explosión de la supernova produjo elementos que no podían ser producidos dentro de las estrellas (más pesados que el elemento hierro). Y dichos elementos se propagaron por el espacio.

Con el tiempo, los elementos propagados y las nubes de gas y residuos se unieron para formar nuevas estrellas y planetas.

Nuestra estrella y nuestro planeta se formaron a partir de este tipo de nube de gas y residuos procedentes de la muerte de estrellas de hace 4,5 miles de millones de años. Hay nueve planetas (Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón) orbitando alrededor de nuestra estrella de tamaño mediano, el sol (del latín sola, un dios).

Hay más de 200 000 millones de galaxias; cada galaxia contiene más de 200 000 millones de estrellas. La luz, que viaja a la velocidad de unos 300000 kilómetros por segundo, tarda 100 000 años en llegar desde un extremo de nuestra galaxia al otro; tarda 2,5 millones de años en llegarnos desde la galaxia más cercana, la de Andrómeda. La luz que viene desde la estrella más cercana a la nuestra, Alfa Centauri, tarda alrededor de 2,5 años en llegar hasta nosotros. La luz de nuestro sol tarda un poco más de 8 minutos en llegar hasta nosotros (recorriendo los alrededor de 150 millones de kilómetros que separan el sol de la tierra); desde la luna (luz reflejada, puesto que la luna no produce su propia luz), la luz tarda un poco más de un segundo en llegar hasta nosotros en la tierra (la luna está a unos 384 000 kilómetros de la tierra). La luz recorre más de 9 trillones de kilómetros en un año. La luz ha estado viajando durante 13,7 miles de millones de años, es decir, desde el Big Bang (a partir de la información anterior puedes tratar de averiguar el diámetro del universo; tienes un cerebro, úsalo).

Tal como Edwin Hubble y su telescopio han demostrado, las galaxias se están expandiendo, alejándose unas de otras, presumiblemente debido a la energía oscura (la cual constituye el 73% del universo), mientras que la materia oscura (que constituye el 23% del universo) trata de mantenerlas juntas.

Dicho sea de paso, es interesante constatar que el 96% del universo está hecho de cosas oscuras de las que no tenemos ni idea. Si se me permite la pregunta, ¿Cómo determinan los científicos que es el 96%? ¿Por qué no 99%? Vengo a decir que nosotros entendemos solamente el 1% del universo, el universo onírico, mientras que el 99% que no es un sueño es desconocido para nosotros (por favor, observa que estoy mezclando deliberadamente la ciencia real con la meta-ciencia... que es mi función).

En última instancia, el universo podría expandirse tanto que, al cabo del tiempo, las galaxias estarían demasiado alejadas entre sí, por lo que sus estrellas perderían calor y morirían. Las estrellas acabarían como supernovas y destruirían los elementos que las constituyen. A su vez, las partículas quedarían destruidas al deshacerse en los fotones que las constituyen.

Por último, ¡los fotones se desmoronarían en la nada de la que surgieron! Por lo tanto, dentro de trillones de años (en el futuro) el universo retornaría a la nada de donde provino; sólo el frío espacio existiría; donde en la actualidad vemos nuestro universo de materia energía ¡ya no habría nada!

(La famosa ecuación de Einstein, E=mc2, dice que la energía es materia multiplicada por la velocidad de la luz al cuadrado; para nuestro propósito actual, la materia puede transformarse en energía y la energía puede transformarse en materia. Si se me permite la pregunta: ¿en qué pueden transformarse ambas, tanto la materia como la energía? ¡En nada!).

Si algo surgió de la nada, parece existir brevemente y retorna a la nada, ¿existe realmente? Únicamente si existe como un sueño; ¡cualquier cosa que venga de la nada, no puede tener existencia permanente!

Sabemos que un sueño no es real y no existe realmente. Si el universo existe como un sueño, se deduce que no existe en absoluto.

El universo de espacio, tiempo y materia consiste realmente en ilusiones que parecen existir pero que de hecho no existen. El universo de espacio, tiempo y materia tiene pasado, presente y futuro; pasado, presente y futuro son una ilusión ¡y en realidad no existen! (Existen únicamente en el sueño, nuestro mundo).

Dicho de otro modo, donde veo mi cuerpo (en el espacio y en el tiempo) no existe nada (excepto como en un sueño, que sigue siendo nada). Mi cuerpo no existe; el espacio, el tiempo y la materia no existen.

Yo no existo excepto como una figura onírica que no existe. Mi yo egoico, mi personalidad, mi cuerpo, parecen existir; parecen existir junto con el mundo, ¡pero en realidad nada de esto existe! Es todo una ilusión; nada existe, ¡Shankara está en lo cierto!

George Berkeley, el obispo católico de Irlanda (ver sus Diálogos) está en lo cierto al afirmar que el mundo existe únicamente en nuestra mente.

Si un árbol cae y no hay ningún ser humano que observe su caída, entonces el árbol no ha caído. Tiene que haber seres humanos para que el árbol y el aparente mundo externo existan.

El mundo existe como una idea en nuestra mente, idea que transformamos en imágenes, representaciones y proyecciones que nosotros vemos como si estuvieran fuera de nosotros. (Confróntese con Arthur Schopenhauer, El mundo como voluntad y representación o idea).

Por así decirlo, un uno por ciento de mi mente produjo este universo en el que parezco vivir. Una parte minúscula de mi mente produjo el mundo que veo y proyectó algo —el cuerpo— que me invita a parecer vivir en él, y ese algo, una figura soñada, ahora cree que existe y que es real. Pero la figura soñada, el cuerpo, el yo egoico, el universo de espacio, tiempo y materia, no existen; no existe nada allí donde veo un universo de espacio, tiempo y materia.

El universo compuesto de materia, energía, espacio y tiempo no existe; es el 1% de la mente la que está soñando este universo.

El otro noventa y nueve por ciento de la mente (el cual la ciencia no entiende pero lo llama materia oscura y energía oscura) está compuesto por ese asunto del espíritu; que es la parte del ser que tiene existencia permanente.

Helen Schucman empleó este tipo de argumento en su libro, Un curso de milagros. Léelo; yo lo he leído. Sin embargo, no baso mis argumentos en eso ni en Shankara; estoy afirmando simplemente lo que parece evidente por sí mismo para mi mente.

Lo que ahora es evidente por sí mismo para mí es que mi ego, mi personalidad humana, tiene sus raíces en el cuerpo, en la materia, en el espacio y el tiempo, en el pasado, presente y futuro, y que ninguno de ellos existe.

El mundo es un sueño; las personas aparecieron de repente en el sueño (igual que las partículas aparecieron de repente de la nada, como nos enseña la mecánica cuántica), desempeñan sus roles oníricos, viven como esperan vivir, y mueren tal como el guión del sueño requiere que hagan.

No hay nada que yo pueda hacer para cambiar lo que hacen las personas, cómo entran o salen del sueño, pues cada uno está interpretando su papel en el drama universal, una obra cuyo guión todos nosotros escribimos.

Estoy desempeñando mi propio rol de explicar el drama universal (en prosa) y cuando ese rol, que nadie más puede desempeñar, se completa, entonces estoy fuera de aquí; me despierto en el ser espiritual unificado, en el 99% de la realidad que nuestra mente durmiente no puede entender.

El cuerpo y personalidad de cada persona, dónde nace y qué cosas hace, están todos predeterminados por el rol que esa persona eligió desempeñar (y que todos elegimos que desempeñara, pues lo que esa persona eligió nosotros lo elegimos también para ella, y lo que cada uno de nosotros elegimos para nosotros mismos, esa persona también lo eligió así para nosotros) en el gran drama onírico que estamos representando.

Algunos están representando el rol de científicos o físicos y se creen poseedores de la verdad mientras que desconocen que todo lo que están haciendo es demostrar que el mundo es un sueño; a algunos de nosotros, aunque bastante competentes en ciencias físicas, no nos parece que estas informaciones sean suficientes y nos lanzamos hacia la así llamada metafísica, usando la física únicamente para demostrar la tesis de la metafísica de que el mundo no existe.

(Lo que mucha gente no sabe es que mientras Isaac Newton escribió sus tres leyes del movimiento, la gravitación y su gran libro Principia Mathematica él escribió también miles de páginas sobre metafísica. Los escritos de Einstein sobre ciencia, los cinco artículos que escribió en 1905, la relatividad especial, la relatividad general en 1915, etc., podrían juntarse todos en un único libro de doscientas páginas; ¡el resto de su tiempo lo dedicó a meditar sobre Dios! La mayoría de los grandes científicos, Copérnico, Galileo, Newton, Kepler, Huygens, Tycho Brahe, Boyle, Dalton, Pasteur, Lavoisier, Thomson, James Clark Maxwell, Boltzmann, Max Planck, Marie and Pierre Curie, Einstein, Rutherford, Bohr, Eddington, Born, Broglie, Schrodinger, Heisenberg, Pauli, Dirac, Chadwick, Otto Hahn, Lise Meitner, Hubble, Friedman, Lemaitre, Gamow, Fred Hoyle, Watson and Crick, Fleming, Pauline, Wheeler, Murray Gell-Mann, Weinberg, Alan Guth, etc., se interesaron todos ellos en si Dios existe o no; ¡son los estúpidos ateos los que afirman desdeñosamente que Dios no existe!).

Pero en el sueño hacemos que nuestras actividades parezcan ser reales; nuestros cuerpos no existen pero los hacemos débiles, vulnerables, doloridos y enfermos y los defendemos; les hacemos sentir calor o frío y los protegemos dándoles comida, medicamentos, ropa, vivienda, etc. para que parezcan reales; tomamos café para estimular nuestros cuerpos y que parezcan reales; fumamos cigarrillos para que nuestros cuerpos se estimulen y por lo tanto parezcan reales; tomamos drogas para que nuestros cuerpos se exciten y por consiguiente parezcan reales; nos involucramos con el sexo para hacer que parezca que nuestros cuerpos obtienen placer y así que parezcan reales; comemos para darnos sensaciones placenteras y que así nuestros cuerpos parezcan reales.

Todo esto es un juego para hacer que nuestros cuerpos y por consiguiente lo que ellos alojan en su interior, seres egoicos separados, parezcan reales en nuestra conciencia. Si no defendiéramos nuestros cuerpos sabríamos que no existen; despertaríamos en el ser unificado espiritual, un ser que ninguna mente humana puede entender (así que ni siquiera trates de entenderlo con tus conceptos egoicos).

Si este mundo es un sueño, la única cuestión que queda es cómo convertirlo en un sueño feliz; ¿cómo hacemos de este sueño uno que sea bello?

Lo embellecemos cuando nos amamos a nosotros mismos. Ámate, en cualquier circunstancia; ama a las demás personas, sean quienes sean; no insistas en lo imposible: en que las personas cambien y se conviertan en tu ideal de ego antes de que decidas amarlas, pues ellas no pueden cambiar y tú no puedes cambiarlas  y convertirlas en ideales y perfectas, ellas serán siempre imperfectas; cada persona es un guión en el drama universal llamado este universo, y tienen que ser tal como tú las ves que son.

Tienes ser tal como eres; cada persona tiene que ser tal como tú la ves que es; cada persona tiene que estar haciendo lo que tú ves que ella está haciendo, bueno o malo, pues eso es lo que el guión universal, el sueño, reclama que esa persona (y tú) esté haciendo.

No hay casualidades en este universo soñado, pues es el sueño de una parte de la mente de Dios; estás donde necesitas estar y estás haciendo exactamente lo que el guión de tu sueño reclama que hagas, y lo mismo es válido para todas las personas.

Ten un sueño agradable amándote a ti mismo y a todas las personas, a todas las figuras soñadas. Las figuras soñadas no son otras personas sino las partes de la mente o ser de Dios; en términos cristológicos, ellas son los hijos de Dios que son uno con su padre. Por lo tanto, ama a todas las personas para amar a Dios, para amar a la totalidad del ser, y de este modo ámate y ten un sueño feliz; odia a un ser humano y habrás hecho infeliz tu sueño.

Lecturas adicionales:

Dado que este ensayo se basa en mis hallazgos desde el hinduismo, te insto a leer sobre hinduismo y expandir tu mente. Hay muchos buenos libros de hinduismo. Si eres de naturaleza filosófica, una persona al estilo jnana yogi [Nota del traductor: seguidor del yoga del conocimiento] como yo, recomiendo que leas filosofía Advaita, Vedanta. Shankara, Ramanuja, Guru Nanak. También deberías leer los Veda, las Upanishad, el Ramayana, el Mahabharata (especialmente la Bhagavad Gita); el yoga de Patanjali, etc. Los siguientes libros son lecturas esenciales:

- M. (Mahendranath Gupta): El Evangelio de Ramakrishna (1949). New York: The Vedanta Press. [Nota del traductor: se puede encontrar en español (3 tomos) en google en formato PDF, e incluso están disponibles en la Biblioteca de libros de este blog]

- Vivekananda (escribió muchos libros sobre la mayoría de los aspectos del hinduismo y el yoga).

- Swami Bhaskrananda (2000). Essential Hinduism. Seattle, WA: Vedanta Press.

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Reseña del Dr. Ozodi Osuji:


Ozodi Thomas Osuji es del estado de Imo, Nigeria. Obtuvo su doctorado en la UCLA. Enseñó en un par de universidades y decidió volver a la universidad y estudiar psicología. A partir de entonces trabajó en el área de la salud mental y fue el director ejecutivo de dos organismos dedicados a la salud mental. Posteriormente abandonó el ámbito de la salud mental con el objetivo de estar menos influido por otros puntos de vista, para poder pensar por sí mismo y sintetizar los puntos de vista de Occidente, Asia y África con respecto a los fenómenos. El objetivo del doctor Osuji es ofrecernos una perspectiva única, una que no sea estrictamente occidental ni africana, sino una síntesis de ambas. El Dr. Osuji enseña, escribe y ofrece asesoramiento sobre liderazgo, gestión, política, psicología y religiones. El Dr. Osuji está casado y tiene tres hijos; vive en Anchorage, Alaska, USA.

Se le puede contactar (en inglés) en: ozodiosuji@gmail.com

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El anterior artículo ha sido traducido a partir de la siguiente fuente: Chatafrik.com
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